Por Dionan Marval
Entre las distintas propiedades del romero, hay una que destaca, porque aunque no es exclusiva de esta planta, tampoco es muy común en la mayoría. Se trata de su efecto estimulante en el crecimiento del cabello. Son varios los compuestos en el romero que contribuyen a este efecto:
Compuestos importantes
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Ácido rosmarínico: Es un potente antioxidante que protege el cuero cabelludo del daño causado por los radicales libres, lo que puede favorecer un entorno más saludable para el crecimiento del cabello. También se ha demostrado que aumenta la circulación sanguínea en el cuero cabelludo, lo que podría mejorar la llegada de nutrientes a los folículos pilosos. Este es un compuesto hidrosoluble, es decir, se diluye en agua. Esto es importante tenerlo siempre presente.
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Carnosol: También con propiedades antioxidantes, el carnosol puede ayudar a proteger los folículos pilosos del daño. Algunos estudios sugieren que incluso podría promover el crecimiento de nuevas células capilares. Este compuesto es liposoluble, o sea, se diluye en grasas.
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Ácido cafeico: Este ácido tiene propiedades antiinflamatorias que podrían ayudar a calmar el cuero cabelludo y reducir la inflamación que puede interferir con el crecimiento del cabello. Es hidrosoluble.
Además de los compuestos mencionados, el romero también contiene otros nutrientes que pueden contribuir a la salud del cabello, como vitaminas y minerales. Por supuesto, para saber si el romero nos puede ayudar realmente en este asunto, debemos saber (o a lo menos tener una idea) el porqué de nuestro problema, y entender por qué se nos está cayendo el cabello o ha dejado de crecernos en ciertas zonas.
Las causas de la caída temprana del cabello son diversas. Aquí te presento un resumen de las más comunes:
1. Alopecia androgénica
Esta es la causa más común, conocida como calvicie de patrón masculino o femenino. En hombres, se manifiesta con entradas y coronilla despoblada. En mujeres, se observa como un adelgazamiento generalizado en la parte superior de la cabeza.
Los folículos pilosos son sensibles a una hormona llamada dihidrotestosterona (DHT), derivada de la testosterona, que tiene un potencial androgénico mayor que el de la propia testosterona. En personas con predisposición genética, la DHT se une a los receptores de los folículos, miniaturizándolos progresivamente. Esto acorta la fase de crecimiento del cabello (anágena), produciendo cabellos más finos, cortos y débiles hasta que el folículo deja de producir cabello.
La sensibilidad a la DHT está en parte determinada genéticamente. Digo “en parte” porque a veces no ocurre por predisposición genética, sino por detalles específicos en el estilo de vida, como la administración de anabolizantes químicos, como ocurre en el caso de los físicoculturistas. Y hay casos, desde luego, en los que no tiene que ver con el uso de estas sustancias.
2. Cambios hormonales
Las hormonas regulan el ciclo de crecimiento del cabello. Los altos niveles de estrógeno prolongan la fase de crecimiento, pero tras el parto, los niveles caen y muchos folículos entran en fase de reposo (telógena), causando caída notable. Similarmente, en la menopausia la disminución de estrógenos puede hacer que el cabello se vuelva más fino y crezca más lentamente.
Por otro lado, tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden alterar el ciclo capilar, causando caída difusa. El equilibrio hormonal es crucial para el funcionamiento normal del ciclo capilar. Las fluctuaciones hormonales interrumpen este ciclo y afectan el crecimiento del cabello. En resumen, desequilibrios hormonales, como los que ocurren durante el embarazo, menopausia o problemas de tiroides, pueden causar caída temporal del cabello.
3. Afecciones médicas
En condiciones como la alopecia areata, el sistema inmune ataca por error los folículos pilosos, causando inflamación y deteniendo el crecimiento del cabello. Se cree que factores genéticos y ambientales desencadenan esta respuesta autoinmune. Los hongos como los dermatofitos (tiña) también pueden generar pérdida de cabello, ya que invaden el cabello, causando inflamación y debilitamiento, lo que lleva a la rotura y caída de este. Asimismo en el lupus, la inflamación crónica puede dañar los folículos. Y en la diabetes la circulación sanguínea se ve afectada, incluyendo la del cuero cabelludo, lo que puede comprometer la nutrición de los folículos.
4. Estrés crónico
El estrés eleva los niveles de cortisol, una hormona cuya liberación prolongada puede afectar el ciclo capilar, llevando a un mayor número de folículos a la fase telógena (reposo) y provocando una caída difusa del cabello (efluvio telógeno).
5. Deficiencias nutricionales
Los folículos necesitan nutrientes como hierro, zinc, biotina (vitamina B7) y proteínas para producir cabello sano. Su deficiencia puede afectar la síntesis de queratina (proteína del cabello) y debilitar el cabello, haciéndolo más propenso a la rotura y caída. Y por otra parte tenemos el silicio, que si bien no es una de las causas más conocidas de la caída del cabello, su deficiencia puede contribuir a un cabello más débil y propenso a la rotura, lo que a la larga puede dar la impresión de una caída excesiva.
6. Otras causas
La quimioterapia afecta a las células de rápido crecimiento, incluyendo las del cabello, causando caída generalizada. Algunos medicamentos para la presión arterial, la depresión y la artritis pueden tener la caída del cabello como efecto secundario. Peinados tirantes como trenzas o colas de caballo pueden causar tracción en el cabello y dañar los folículos. Los tratamientos químicos agresivos como permanentes o decoloraciones pueden debilitar el cabello y hacerlo más propenso a la rotura. Y por último tenemos el factor envejecimiento, donde natural que el cabello se vuelva más fino y se caiga más con la edad, debido a la disminución en la producción de hormonas y al envejecimiento de los folículos pilosos.
Es probable que el uso del romero como estimulante del crecimiento del cabello resulte más eficaz en los casos de DHT elevada, de problemas endocrinos como el hipotiroidismo, de sobrecrecimientos de hongos, de estrés crónico, y de tratamientos médicos agudos (no de por vida) que hayan generado daño a los folículos pilosos, como la quimioterapia.
Uso del romero para este fin
Aunque en este sitio web ya tenemos recetas sobre el uso del romero y de su combinación con otras plantas, procedo a explicarte su uso específico para estos casos aquí mismo. En primer lugar, debemos usarlo interna y externamente, es decir, tenemos que ingerirlo y también aplicarlo en el cuero cabelludo, para que su efecto sea sistémico y a la vez local, en la zona que nos interesa.
Ingesta
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Bebe una taza de té de romero al día, preferiblemente de noche, ya que es relajante y ansiolítico: Usa solo 3 gramos de romero seco y triturado, y 200-250 ml de agua.
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Opcionalmente, puedes añadirle tomillo (1 gramo), que es una planta de la misma familia y puede potenciar los efectos de aquel.
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También puedes tomar una vez al día un macerado de romero para este fin. En este caso, pulsa aquí para ver cómo se prepara (tienes que estar registrado en la web).
Este sería el uso interno. De las que te presento a continuación, que son para el uso externo, tendrás que elegir una sola.
Aplicación tópica
No te quedes solo con la ingesta del té. Busca también el efecto local con agua de romero o aceite esencial de romero aplicado en el cuerpo cabelludo; elige una de estas tres:
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Prepara una infusión dejando hervir ligeramente 4 gramos de romero seco en agua 250 ml de agua. Deja reposar la mezcla 15-20 minutos, y entonces enjuágate el cabello y masajéate el cuero cabelludo de inmediato. Hazlo dos veces al día, mañana y noche, por el tiempo que sea necesario. En un mes debieras ver buenos resultados, dependiendo de la gravedad del caso y de su causa.
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Diluye dos o tres gotas de aceite esencial de romero en una cucharadita de un aceite portador como el aceite de oliva extravirgen, de almendras o de jojoba, y úntalo en la zona donde se ha caído el cabello. (El aceite de coco es más denso que estos, siendo más difícil su penetración en el cuero cabelludo, por lo que no es muy conveniente en este caso.) Masajea el cuero cabelludo con la mezcla durante unos minutos. Deja actuar durante al menos 30 minutos antes de lavarte el cabello. Hazlo lunes, miércoles y viernes, durante un mes. Opcionalmente puedes agregar unas gotas de este aceite esencial a tu champú o acondicionador, y lavarte la cabeza con él tres veces a la semana.
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Pon a remojar 50 gramos de romero seco y triturado en 1 litro de agua limpia, preferiblemente destilada. Déjalo reposar durante 2 semanas en un lugar oscuro, agitando diariamente la botella o frasco de la mezcla al menos durante 1 minuto. El resultado será un macerado acuoso. De este macerado usarás solo 50 ml al día, especialmente en las zonas donde ya no crece cabello. Masajéate el cuerpo cabelludo con el macerado durante 1 minuto, y espera 30-60 minutos para lavarte la cabeza con agua.
Observaciones
Toma en cuenta que en la infusión o té de romero, y en su macerado acuoso, solo estarán presentes los compuestos hidrosolubles, como el ácido rosmarínico, el ácido cafeico y otros. En su aceite esencial, en cambio, estarán presentes los compuestos liposolubles, como el carnosol. De hecho, si haces el macerado con aceite de oliva extravirgen (cuya preparación puede tomar entre 1 y 2 meses), también predominarán los compuestos liposolubles. Por lo tanto, ni en el uno ni en el otro están presente todos los compuestos del romero.
Si quieres obtener un preparado con un efecto más completo o más equilibrado, lo que puedes hacer es un macerado hidroalcohólico, en el que tendrás que usar alcohol etílico o etanol y agua limpia en proporciones iguales, o con predominancia de alcohol. Esto dependerá del grado alcohólico de la bebida. En este macerado estarán tanto las moléculas hidrosolubles como las liposolubles. En este proceso, tal como en la maceración con agua, se tiene que dejar macerar la planta por 2 semanas. Pero toma en cuenta que el alcohol tiende a resecar un poco el cabello.
No está demás decirte que el aceite de coco virgen y el agua o infusión de cola de caballo pueden ser buenos acompañantes en este proceso. Los puedes usar a la par con las preparaciones de romero, ambos aplicados también en el cuero cabelludo. El aceite de coco da brillo y vivacidad al cabello y combate hongos, que producen caspa y casi siempre están implicados en los problemas de que venimos hablando. La cola de caballo da firmeza y fuerza al cabello, debido a su alto contenido en silicio.
Precauciones
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Antes de usar el romero tópicamente, realiza una prueba de alergia aplicando una pequeña cantidad en una zona discreta de la piel, sobre todo si decides usar el aceite esencial.
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El aceite esencial de romero es potente, por lo que siempre debe diluirse antes de su uso tópico.
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Procede con sumo cuidado en casos de embarazo o lactancia, especialmente si es por vía oral, tratando de respetar las cantidades y frecuencia recomendadas aquí. Pero ante las dudas, consulta primero con un especialista o simplemente no lo ingieras.
Ten presente que los resultados variarán según la condición médica de la persona y la causa de la caída del cabello. Si necesitas asesoría en este y otros temas, puedes consultarnos mediante los medios disponibles y solicitar un seguimiento en el tratamiento.