Primero que todo, debo decirte que este artículo no es para que evites hacerte un examen médico a fin de chequear tus niveles de ácido úrico, ni para que te autodiagnostiques; por el contrario, es para arrojarte luz sobre el asunto y, en caso de que te identifiques, descartes la hiperuricemia mediante un examen médico. Si resultas tenerlo elevado, puedes atender la situación desde la perspectiva naturista, o desde el método farmacológico. Eso lo decides tú.
La hiperuricemia puede no presentar síntomas inicialmente. Sin embargo, cuando los niveles se mantienen altos durante un tiempo, pueden aparecer diferentes manifestaciones, principalmente relacionadas con la gota, una forma de artritis que se produce por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones. Los que siguen son los síntomas o consecuencias más comunes de este problema:
1. Dolor articular intenso (artritis gotosa aguda)
Este es el síntoma más característico y suele aparecer de forma repentina, a menudo por la noche. El dolor se describe como punzante, intenso, quemante o incluso insoportable. Afecta con mayor frecuencia al dedo gordo del pie (podagra), pero también puede aparecer en tobillos, rodillas, muñecas, dedos de las manos y codos.
El exceso de ácido úrico en la sangre se cristaliza formando cristales con forma de aguja que se depositan en las articulaciones. Estos cristales irritan los tejidos blandos que rodean la articulación, desencadenando una fuerte respuesta inflamatoria.
2. Inflamación y enrojecimiento de la articulación
La articulación afectada se hincha, se pone roja, caliente y extremadamente sensible al tacto. Incluso el roce de una sábana puede resultar doloroso. Esta inflamación es la respuesta del cuerpo a la presencia de los cristales de ácido úrico en la articulación. El sistema inmunitario libera sustancias químicas que causan la dilatación de los vasos sanguíneos, lo que aumenta el flujo de sangre a la zona afectada, provocando enrojecimiento y calor. La hinchazón se debe a la acumulación de líquido inflamatorio en la articulación.
3. Calor en la articulación
La zona afectada se siente caliente al tacto. El aumento del flujo sanguíneo a la articulación inflamada, como parte de la respuesta inflamatoria, eleva la temperatura local.
4. Limitación de la movilidad
La inflamación y el dolor intenso dificultan el movimiento de la articulación afectada. La hinchazón, el dolor y la inflamación de los tejidos que rodean la articulación restringen su rango de movimiento.
5. Descamación de la piel
A medida que la inflamación disminuye, la piel alrededor de la articulación afectada puede descamarse o pelarse. La inflamación intensa puede dañar las capas superficiales de la piel, lo que provoca su descamación durante el proceso de curación.
6. Tofos gotosos (depósitos de cristales de ácido úrico)
Son nódulos o protuberancias duras que se forman debajo de la piel, alrededor de las articulaciones, en los tendones, en las orejas o en otros tejidos blandos. Son depósitos de cristales de ácido úrico. Cuando la hiperuricemia es crónica y no se trata, los cristales de ácido úrico se acumulan y forman depósitos sólidos llamados tofos.
7. Problemas renales
El ácido úrico también puede afectar a los riñones, causando cálculos renales (litiasis renal); estos se forman cuando el ácido úrico se cristaliza en los riñones. Pueden causar dolor intenso en la espalda, el costado, la ingle o el abdomen, además de sangre en la orina, náuseas y vómitos. También puede provocar nefropatía por uratos, que es una enfermedad renal crónica que se produce por el depósito de cristales de ácido úrico en los túbulos renales y el tejido intersticial del riñón. Puede llevar a una disminución de la función renal. Y como los riñones son los encargados de filtrar el ácido úrico de la sangre y eliminarlo a través de la orina, al haber un exceso de ácido úrico en sangre, los riñones pueden verse sobrecargados y pueden formarse cristales en su interior o en las vías urinarias.
Importante destacar
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No todas las personas con hiperuricemia desarrollan gota o síntomas.
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Los síntomas de la gota suelen aparecer de forma repentina y pueden durar desde unos pocos días hasta varias semanas.
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Los ataques de gota pueden repetirse con el tiempo, y si no se tratan, pueden volverse más frecuentes y graves, causando daño permanente en las articulaciones.
Si sospechas tener el ácido úrico elevado, hazte un examen médico para descartar, o consulta con tu médico de confianza. El ácido úrico se puede medir tanto por sangre como por orina. Si está elevado, abórdalo desde el método de tu preferencia. En Protocolos CANA lo abordamos naturalmente mediante plantas medicinales, jugos verdes, modificaciones dietéticas y ayunos. Puedes solicitarnos un protocolo personalizado, o llevar el protocolo que tenemos predeterminado en este sitio web. Ante cualquier pregunta o duda, contáctanos.