Nuestros pilares

Introducción

En Protocolos CANA creemos que todas las enfermedades, en un sentido absoluto, se pueden curar. Pero no creemos que alguna rama específica de la medicina natural sea suficiente por sí misma para la sanidad de todas las enfermedades. Sin embargo, aceptamos que cada una de estas puede aportar beneficios y brindar alivio en muchos casos. Sin embargo, Protocolos CANA no se inclina hacia ninguna de estas ramas, sino que tiene un enfoque naturista integrativo, y hace uso de las distintas herramientas naturales que Dios el Creador ha proporcionado al hombre para su beneficio, alivio y sanidad.

A este enfoque naturista integrativo lo llamamos “medicina racional”. No es un término ampliamente usado ni oficialmente reconocido y, hasta donde sabemos, solo es usado por nosotros. Y es que hemos decidido acuñarlo para aludir a la perspectiva médica naturista que procura abordar las enfermedades tomando en cuenta los distintos sistemas biológicos del cuerpo, analizando concienzudamente y entendiendo lo que el paciente necesita en su caso particular. Porque no creemos que todas las enfermedades sean producidas por una única causa, sino que son multifactoriales; y al ser multifactoriales, no tienen una sola posible solución.


Ejemplos de ineficacia

Si los fundamentos de un edificio no están bien asentados y firmes, el edificio queda propenso a caerse en situaciones que no debiera. Así que, si la propuesta médica de una rama de la medicina natural no está bien fundamentada ni es lógica, el método será ineficaz en muchos casos. Además, consideremos también a manera de ejemplo la flexibilidad de las ramas de una planta joven y tierna, que pueden doblarse hasta cierto punto y evitar partirse, mostrando buena resistencia. Comparémosla con las ramas rígidas de una planta vieja y seca o poco nutrida, que se quiebran fácilmente por cualquier movimiento o fuerza, cediendo más fácilmente ante cualquier un impacto.

De hecho, este ejemplo lo podemos aplicar hasta en lo relativo a los huesos del cuerpo humano. Mucho se habla del calcio para endurecer los huesos, y de la falta de calcio como causa frecuente de huesos frágiles e incluso de osteoporosis. Sin embargo, la matriz ósea también contiene en gran medida colágeno, que proporciona flexibilidad y elasticidad para absorber impactos. De modo que un hueso con alta densidad mineral pero baja elasticidad (poco colágeno) se vuelve más rígido y propenso a fracturas ante un impacto. No se trata meramente de tener huesos duros, sino de un equilibrio entre dureza y flexibilidad.

Bueno, pues, estos ejemplos los cité para compararlos con algunas ramas de la medicina natural y la rigidez de sus métodos y de sus propuestas. La medicina ortomolecular, por ejemplo, tiene como fundamento el mantener la salud y tratar enfermedades mediante el uso de dosis óptimas de sustancias naturales, como vitaminas, minerales, aminoácidos y enzimas. Esto implica la premisa de que la deficiencia de distintos nutrientes es la causa de las enfermedades, lo cual, por supuesto, no es cierto. Y si la premisa o la propuesta fundamental es errada, también lo será todo el cuerpo restante. Esta rigidez en su propuesta ha hecho y hará que falle en muchos casos.

Por ejemplo, es menos probable que un paciente diabético lo sea por falta de nutrientes, en comparación con las probabilidades de que lo sea por glucotoxicidad, o por infecciones bacterianas o virales, o por sedentarismo. En estos casos, no puede sanar solo con la administración de ciertos nutrientes, sino que tiene que haber una adecuada alimentación, plantas con propiedades antidiabéticas, e incluso antimicrobianas y antivirales, y ejercicio físico habitual. Pero algún simpatizante de susodicha rama osará decir: “Sí puede sanar, porque los nutrientes le ayudarán a combatir las infecciones, y le proporcionarán al cuerpo lo que le hace falta para que se defienda y sane a sí mismo”. Muy bien. Y si la persona es sedentaria, ¿cómo habrá de mejorar? Aquél dirá: “Tiene que complementar con ejercicios físicos”. Entonces ya no es medicina ortomolecular; por lo tanto, esta no es suficiente en muchos casos.

Y si el paciente viene con un intestino enfermo y atiborrado de tóxicos, ¿los nutrientes le ayudarán a expulsar todo esto? Claro que no. Necesita otros elementos que no son nutrientes y que, de hecho, ni se consumen ni son sustancias que se administran al cuerpo, como los ayunos. Porque el ayuno activa el más eficiente mecanismo intrínseco de limpieza intestinal, que se llama Complejo Motor Migratorio. Ocurre en automático, y no cuando comemos ni bebemos, sino precisamente cuando dejamos de hacer estas cosas. O si el paciente padece de estreñimiento crónico es muy probable que no mejore solo con el consumo de fibra dietética o con enzimas digestivas; en muchos casos es necesario acudir a los probióticos, naturales o no. Y esto ya no es medicina ortomolecular.

Por otro lado, la rama de homeopatía tiene como fundamento la “Ley de los similares”, esto es, que una sustancia que causa síntomas en una persona sana, puede curar esos mismos síntomas en una persona enferma, cuando se administra en dosis infinitesimales. Con esto se busca estimular la capacidad de autocuración del cuerpo mediante el uso de sustancias altamente diluidas. Al estar estas sustancias altamente diluidas, muchas veces hasta el punto de no quedar ninguna molécula de la sustancia original en el remedio, es probable que la sensación de mejoría subjetiva en muchos casos se deba a un efecto placebo.

Además, si mi cuerpo no tiene la materia prima ni está en la capacidad para dar una respuesta inmune adecuada (inmunosupresión), ¿de qué vale administrar sustancias que estimulen el sistema inmune? El sistema inmune mayormente se encuentra en el intestino delgado, y es altamente regulado por la microbiota intestinal y por el calcitriol, que es la forma activa y hormonal de la vitamina D. Una persona con respuesta inmune deficiente en muchos casos se beneficia del consumo de probióticos, naturales o no, y de la exposición frecuente a los rayos UVB, y del manejo del estrés emocional, y de la mejora del entorno intestinal mediante el consumo de fibra dietética, polifenoles, inulina, ácidos grasos omega-3, entre otros. Y esto ya no es homeopatía.

También tenemos el ejemplo de la acupuntura. Basada en la medicina tradicional china, busca equilibrar el flujo de energía vital (“qi”) en el cuerpo mediante la inserción de agujas finas en puntos específicos. Pero… y si mi cuerpo tiene deficiencias nutricionales, ¿cómo me las restituirá la acupuntura? Pues el cuerpo mismo no puede producir gran parte de los nutrientes que necesita (nutrientes esenciales); se deben obtener mediante la alimentación. O si tengo deficiencia de vitamina D, ¿me la podrá dar la acupuntura? Claro que no. Entonces se queda corta en muchos casos.

Estas críticas no las hago con el fin de desechar por completo estos métodos, pues tienen cosas buenas, y pueden ayudar, en muchos casos, a aliviar al paciente; mas las hago porque a mí me resulta ilógico el hecho de que un fuerte practicante o firme promotor de alguna de estas corrientes de ideas médicas, tenga que acudir a métodos, herramientas o elementos que en esencia se escapan de su ideología. Por eso lo mejor es no encerrarse bajo ningún término semejante a fin de identificarse con una rama específica. Hay que abrirse un poco más, y ser “flexibles” para evitar “quebrarse” en la práctica.

A este respecto, francamente, la naturopatía y la medicina ayurveda vienen siendo más completas; la naturopatía, porque que se enfoca en la prevención y el tratamiento de enfermedades a través de métodos naturales, como la nutrición, la herbolaria, la hidroterapia y el ejercicio, abordando más ampliamente las enfermedades; y la ayurveda (originaria de la India), porque se basa en el equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu, y utiliza la dieta, hierbas, masajes y meditación para mantener la salud. Si bien aun el método y la visión de Protocolos CANA difieren en algunas cosas con estos últimos sistemas mencionados, tienen más sentido que los otros.


¿En qué se basa Protocolos CANA?

1) Limpieza intestinal: Con ayunos, fibra dietética, jugos y enemas de plantas medicinales y de café, a fin de mejorar el entorno intestinal, disminuir sobrecrecimientos bacterianos, fortalecer el sistema inmunológico, y subsanar el intestino hiperpermeable, tan frecuente hoy en día.

2) Adecuada alimentación:Adecuada” significa que está correctamente ajustada a un caso específico, de manera que pueda ser apropiada el caso en cuestión. Esta adecuación se hace con el propósito de brindar alivio y estabilidad al paciente, procurando disminuir la inflamación y el estrés oxidativo que vienen por la incorrecta alimentación.

3) Tratamiento antimicrobiano, antiviral y antiparasitario: Esto se hace según lo necesite el paciente. No todos necesitan lo mismo. Lo realizamos mediante el uso de plantas medicinates. La elección de las plantas depende de la condición médica o enfermedad a tratar.

4) Cuidado de la salud oral: Porque la boca es el segundo lugar del cuerpo con más bacterias, después del intestino grueso; por lo cual no es de extrañar que muchas enfermedades o dolencias se originen allí o sean agravadas por una mala salud bucodental.

5) Terapia de reposición de vitamina D: Implica la toma temporizada y bien organizada de luz solar; porque la vitamina D es un potente y crucial regulador del sistema inmune.

6) Limpieza de metales tóxicos: La realizamos con quelantes naturales. La intoxicación crónica por estos elementos es una de las condiciones médicas más subdiagnosticadas; muchas personas la padecen, y muy pocas lo saben, ya sea por falta del correcto diagnóstico o por desconocimiento de los médicos tratantes.

7) Reparación de la microbiota intestinal: Mediante el consumo de probióticos, prebióticos, polifenoles, ácidos grasos omega-3, entre otros.

8) Dosis terapéuticas de ciertos nutrientes, como el magnesio, la vitamina C, y las vitaminas del complejo B.

9) Oxigenación celular: Con clorofila, ozono, jugos verdes, ejercicio físico habitual y técnicas de respiración profunda.

10) Tratamientos de condiciones o enfermedades concomitantes: Terapias de manejo del estrés emocional, uso de adaptógenos, uso de plantas medicinales, tratamientos específicos para mejorar la función tiroidea, tratamientos para mejorar la circulación sanguínea, el drenaje linfático, la función hepática, entre otros.

Estos métodos conforman “el todo” de nuestros protocolos y tratamientos. Con todo, a cada quien lo que necesita; quiero decir: Dentro de nuestros pilares siempre destacamos el hecho de que, puesto que cada caso es distinto, se necesita un abordaje individualizado. Este es el principal fundamento de Protocolos CANA. Por consiguiente, el mejor tratamiento, una vez bien asentadas las bases, es el tratamiento personalizado.

No todos sanarán con acupuntura, ni se curarán todos con medicina ortomolecular o con grandes dosis de nutrientes; no todos hallarán alivio en la metodología homeopática, ni revertirán todos sus enfermedades con un enfoque cerrado y limitado de la salud. Pero todos pueden sanar si se le administra a cada quien lo que necesita; en esto se basa Protocolos CANA.


Conclusión

Como se puede apreciar, los componentes de nuestro método de sanidad integral son muy diversos, y no nos encaminamos hacia una rama específica de la medicina alternativa. Tenemos una visión muy amplia de la medicina natural y la salud, que implica ayunos, adecuada alimentación, plantas medicinales, reposición de niveles de vitamina D, cuidado de la salud oral, oxigenación celular, y otros.

Abrazamos fuertemente la idea de que, en términos generales, mediante estas prácticas y técnicas toda enfermedad es curable, no olvidando nunca poner nuestra confianza en el Todopoderoso, sin dejar nosotros de accionar diligentemente, aplicando todos los recursos disponibles. Y en contraste, creemos que todo método que se encamine por un solo cauce de entendimiento y tratamiento, resultará en muchos casos, con mucha probabilidad, ineficaz.

Y no es que nuestro método sea infalible (pues infalible solo Dios), sino que precisamente por ser integrativo, las probabilidades de que sea eficaz son mayores, y por ende, las probabilidades de que no funcione, son menores, en comparación con las ideologías médicas alternativas más cerradas. Las críticas a distintas ramas de la medicina natural que expreso en este artículo, no deben interpretarse como un ataque o una denigración, porque no lo son; más bien, interprétense como un llamado a la racionalidad y a la reconsideración de la implementación de métodos más amplios, en la franca búsqueda del alivio y la sanación del enfermo o doliente.

Quizás en este punto ya estés interesado en seguir nuestro método y visión para mejorar la salud. Si es así, te invitamos a considerar nuestro Protocolo Maestro. Lee aquí en qué consiste.

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