La cola de caballo contiene sustancias como alcaloides y tiaminasa, que pueden resultar tóxicas en consumos prolongados o en dosis elevadas. Por ello, se recomienda limitar su uso a periodos de 1-2 semanas, con descansos intermedios.
Evite su consumo en caso de:
Problemas renales: Por sus propiedades diuréticas, podría sobrecargar los riñones.
Hipopotasemia: Puede aumentar la eliminación de potasio, provocando desequilibrios electrolíticos.
Colitis ulcerosa o gastritis: Podría irritar el sistema digestivo.
Insuficiencia cardíaca: El aumento en la eliminación de líquidos puede afectar el equilibrio cardiovascular.
Embarazo: No hay suficiente evidencia sobre su seguridad durante estas etapas, por lo que se desaconseja su uso sin supervisión médica.
Interacciones medicamentosas: Diuréticos (furosemida, hidroclorotiazida), medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios, y suplementos de potasio, al alterar sus niveles.