5. Los fitonutrientes realmente no son nutrientes en sí, ya que no son necesarios para el funcionamiento de nuestro organismo, pero dada su estructura química, pueden no solo interactuar armoniosamente con nuestro cuerpo, sino ayudarnos a aliviar y curar dolencias y enfermedades. Son los coadyuvantes estelares de la naturaleza para el humano. Y digo "coadyuvantes", porque si bien el cuerpo mismo tiene mecanismos endógenos de reparación, eliminación y curación, estás hermosas moléculas definitivamente coadyuvan al cuerpo en esa reparación, eliminación y curación.

6. Hay problemas o enfermedades que el cuerpo puede resolver por sí solo, sobre todo si no lo obstaculizamos, si no le jugamos en contra; y hay otras, sin embargo, con las que el cuerpo no puede lidiar por sí mismo, que son las llamadas enfermedades crónicas. Es en estas enfermedades que no podemos prescindir de la potencia terapéutica de las biomoléculas de las plantas, si en verdad queremos sanar de raíz. La genuina medicina natural, racional y espontánea, como le llamo yo, no busca solo paliar síntomas o lidiar con consecuencias, sino ir más allá, a la causa o las causas que dieron inicio a la enfermedad; ¡resuelta la causa, resuelta la enfermedad!