Jengibre
El jengibre (Zingiber officinale) es una planta originaria del sudeste asiático, conocida por su raíz carnosa y su sabor picante, que ha sido utilizada tanto en la gastronomía como en la medicina tradicional durante miles de años. Sus propiedades terapéuticas se deben principalmente a los compuestos bioactivos que contiene, como el gingerol, responsable de sus efectos antiinflamatorios, antioxidantes y analgésicos. El jengibre es ampliamente reconocido por su capacidad para mejorar la digestión, aliviar náuseas y vómitos, reducir la inflamación y fortalecer el sistema inmunológico. Además, se le atribuyen beneficios en el tratamiento de dolores musculares, problemas articulares, y la capacidad para estimular la circulación y regular los ciclos menstruales.
Las aplicaciones del jengibre son diversas, desde su uso en infusiones hasta su inclusión en tratamientos tópicos y suplementos alimenticios. En la medicina tradicional, se emplea para tratar resfriados, malestares digestivos y trastornos menstruales. Aunque se considera generalmente seguro, se debe consumir con moderación, ya que su consumo excesivo puede provocar irritación estomacal o interacciones con ciertos medicamentos. En resumen, el jengibre es un potente aliado natural para promover la salud digestiva y general, con una amplia gama de beneficios respaldados por la ciencia.
Decocción
- 10 gramos de jengibre (Fresco y pelado. No uses jengibre en polvo)
- 1 cucharada de miel (Cruda. Es opcional)
- 500 ml de agua (2 tazas)
Las cantidades señaladas son para una sola persona
Lleva el agua a ebullición en una olla pequeña.
Pica el jengibre en trozos pequeños y machácalos ligeramente.
Ya ebullendo el agua, añade el jengibre fresco y deja hervir a fuego lento durante 5-10 minutos.
Apaga el fuego y deja reposar la mezcla 5-10 minutos más. Opcionalmente, añade una cucharada de miel.
Cuela y bebe de inmediato.
Instrucciones de consumo
1 o 2 tazas al día, en la mañana y/o en la tarde, lejos de las comidas. Esto por dos semanas. Descansa una semana, y, si es necesario, retómalo.
Una taza justo antes o justo después de dos de tus comidas, es decir, dos tomas diarias. Si lo tomas dos veces al día, al cumplir dos semanas, descansa una, y entonces retómalo. Si lo tomas una sola vez al día, puedes extenderte por 4 semanas; descansa una, y entonces retómalo.
Una taza diaria, preferiblemente en ayunas, o dos horas después del desayuno.
Una taza diaria en ayunas o lejos de las comidas, por tres días seguidos. Entonces suspéndelo. Si se obtiene el resultado esperado, no lo tomes hasta un próxima oportunidad. Si no se obtiene, es decir, si no llega la menstruación en esos tres días, repite la toma por tres días seguidos más una semana desúés.
Toma en cuenta que aquí te recomiendo la decocción del jengibre y no la infusión. La decocción es ideal porque la raíz necesita más tiempo y calor para liberar sus compuestos bioactivos, como el gingerol y el shogaol, que son responsables de sus beneficios. La infusión funciona, pero es menos efectiva, ya que el jengibre no libera la misma cantidad de propiedades sin ser hervido. Además, ten en cuenta que el jengibre es emenagogo, es decir, tiene principios activos que pueden estimular el flujo sanguíneo en el área de la pelvis y el útero, y en algunos casos, fomentar la menstruación.