3. Agua con sal
Pareciera que la receta de agua con sal no falta en el recetario medicinal de ninguna abuelita, ¿verdad? Y es que es un remedio casero popular para el dolor de muelas, que si bien no resuelve el problema de raíz, puede ofrecer cierto alivio temporal. Y es tan bueno, que se lleva el tercer lugar, lo que significa que supera en eficacia (para estas afecciones) a otras plantas como el clavo de olor, el ajo, la menta y la sábila. Su efecto se debe a varios mecanismos de acción:
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La sal crea un ambiente hipertónico, es decir, con mayor concentración de sal que el interior de las células de los tejidos inflamados en la boca. Esto provoca que el agua salga de las células inflamadas hacia el exterior, reduciendo la hinchazón y la presión sobre los nervios, lo que a su vez disminuye el dolor.
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Además, la sal tiene propiedades antiinflamatorias leves que ayudan a reducir la inflamación en la zona afectada. Esto se debe a que puede ayudar a disminuir la producción de sustancias inflamatorias en el cuerpo.