Plantas y suplementos
Además de cambios en la dieta, ciertas plantas y suplementos han sido estudiados por su potencial para mejorar esta condición. A continuación te presento algunos de ellos, respaldados por evidencia científica:
1. Aceite de oliva extravirgen: Puede ayudar a mejorar el hígado graso gracias a su alto contenido en antioxidantes y ácidos grasos monoinsaturados. Estos componentes contribuyen a reducir la inflamación en el hígado, mejorar la sensibilidad a la insulina y promover la oxidación de grasas, lo que ayuda a disminuir la acumulación de grasa en el hígado. Un estudio publicado en la revista Nutrients en 2021 demostró que el consumo regular de este aceite se asoció con una reducción significativa de la grasa hepática y una mejora en los marcadores de función hepática en pacientes con hígado graso no alcohólico. [1]
2. Cardo mariano (Silybum marianum): Es una planta medicinal que se ha utilizado durante siglos para tratar afecciones hepáticas. Su principal componente activo, la silimarina, es un complejo de flavonoides con potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. La silimarina actúa protegiendo las células del hígado del daño causado por toxinas y radicales libres, además de estimular la regeneración celular. Estudios sugieren que el cardo mariano puede mejorar la función hepática en personas con enfermedades del hígado, incluyendo el hígado graso, al reducir la inflamación, el estrés oxidativo y la acumulación de grasa en el hígado. También se ha observado que puede ayudar a reducir los niveles de enzimas hepáticas elevadas, un marcador de daño hepático. [2] [3]
3. Cúrcuma (Curcuma longa): Una especia utilizada en la cocina y la medicina tradicional por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Su principal componente activo, la curcumina, ha demostrado tener efectos beneficiosos en el hígado. Estudios sugieren que la curcumina puede ayudar a reducir la acumulación de grasa en el hígado al mejorar el metabolismo de las grasas, reducir la inflamación y el estrés oxidativo, y aumentar la sensibilidad a la insulina. Además, puede proteger al hígado del daño causado por toxinas y promover la regeneración celular. La cúrcuma, pues, se perfila como un complemento prometedor para el manejo del hígado graso. [4] [5]