Estos tres remedios naturales son excelentes por su eficacia probada contra hongos y bacterias, su capacidad para reducir inflamación y su acción polivalente. Además, generalmente se consideran seguras, y sus compuestos bioactivos tienen respaldo científico y amplias aplicaciones. Cada planta tiene un perfil único que se adapta a diferentes necesidades:

  • El ajo es de más amplio espectro, pero su acción se limita más al tracto gastrointestinal, lo que significa que no es muy útil para combatir infecciones diseminadas.

  • El neem y sus productos (como la infusión de hojas, los extractos y el aceite de las semillas prensado en frío) no tienen un espectro tan amplio como el ajo, pero son más potentes contras ciertas bacterias y más eficaces para infecciones de la piel, y tienen un efecto más sistémico.

  • El aceite de orégano tiene un efecto más sistémico, especialmente cuando se usa por la vía sublingual, lo que lo hace ideal cuando hay infecciones en diversos órganos y tejidos. Si se toma por la vía oral no tiene este mismo alcance.

¿Se pueden combinar o alternar estos tres a fin de lograr un efecto más amplio? Por supuesto. Subscríbete a una de nuestras membresías de pago para recibir información como esta, y orientación grupal o personalizada.