Versatilidad: Útil en enfermedades infecciosas crónicas, inflamaciones articulares, enfermedades metabólicas, problemas gastrointestinales y afecciones de la piel como psoriasis y eczema. Los compuestos del neem, como los limonoides, terpenoides y flavonoides, son más solubles y tienen una mayor biodisponibilidad en tejidos periféricos que las dos plantas que la acompañan en este top 3, permitiendo efectos sistémicos más marcados. Porque el neem regula tanto la inflamación local como la sistémica a través de su efecto directo sobre citoquinas proinflamatorias e inmunidad innata.
Ventajas: Efecto integral o sistémico en inflamaciones crónicas y agudas. Puede usarse en diferentes formas: infusión, aceite prensado en frío, polvo, cápsulas, extractos.
Limitaciones: Es muy amargo (aunque para nada tóxico), lo que hace que muchos desistan de su consumo. Puede ser más difícil de dosificar de manera precisa. Se debe ser muy cuidadoso con las dosis y con el efecto hipoglucemiante de la infusión de sus hojas.
¿Por qué se gana el primer puesto para mí? Porque su efecto antiinflamatorio es sistémico y potente, y se absorbe bien. Porque son muy raras sus contraindicaciones y es bastante seguro. Porque no requiere de combinaciones con otras plantas para aumentar su eficacia, como sí ocurre con el segundo lugar de este top.