• Embarazo: Durante el embarazo, el útero en crecimiento ejerce presión sobre las venas del recto, lo que aumenta el riesgo de desarrollar hemorroides. Además, los cambios hormonales durante el embarazo pueden debilitar las paredes de las venas. [2]

  • Obesidad: El exceso de peso corporal también puede aumentar la presión sobre las venas del recto y el ano. [3]

  • Envejecimiento: Con la edad, los tejidos que sostienen las venas en el recto y el ano se debilitan, lo que aumenta la probabilidad de que se formen hemorroides. [4]

  • Dieta baja en fibra: Una dieta pobre en fibra puede contribuir al estreñimiento, lo que a su vez aumenta el esfuerzo durante la defecación y el riesgo de hemorroides. [5]

  • Permanecer sentado durante largos periodos: Pasar mucho tiempo sentado, especialmente en el inodoro, puede aumentar la presión en las venas del ano. [6]

  • Factores genéticos: Algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar hemorroides. [7]