b. Efecto sinérgico con otros factores cancerígenos:
-
La deficiencia de vitamina D puede amplificar los efectos de otros factores de riesgo, como la inflamación crónica, el estrés oxidativo y la disbiosis intestinal. [77, 78]
La vitamina D actúa como un regulador clave de los procesos que mantienen la estabilidad celular y el equilibrio inmunológico. Su deficiencia no solo predispone al desarrollo de cáncer, sino que también puede influir en la progresión tumoral y en la resistencia a los tratamientos. Por ello, mantener niveles adecuados de vitamina D a través de una combinación de exposición solar, dieta balanceada y suplementación (cuando sea necesario) es fundamental para reducir el riesgo de cáncer y mejorar los resultados en pacientes oncológicos.
Pero no solo la deficiencia de vitamina D es muy común en pacientes oncológicos; también lo es la deficiencia de vitamina C. De esto trata el siguiente apartado.