18. La BSH, producida por ciertas bacterias intestinales, rompe la unión entre las sales biliares y los aminoácidos, volviéndolas menos solubles, y por ende menos propensas a ser reabsorbidas en el intestino. Esto significa que se excretan más sales biliares en las heces, lo que a su vez reduce la cantidad de colesterol que el cuerpo reabsorbe.

19. La BSH, presente en ciertas bacterias como Lactobacillus y Bifidobacterium, desconjuga estos ácidos biliares, es decir, les quita la glicina o taurina. Los ácidos biliares desconjugados son menos solubles y se reabsorben menos eficientemente en el íleon que los conjugados. Esto lleva a una mayor excreción fecal de ácidos biliares. Al aumentar la excreción fecal, se reduce la cantidad de ácidos biliares que regresan al hígado a través de la circulación enterohepática (el ciclo de reabsorción y secreción de ácidos biliares).

20. La disminución del retorno de ácidos biliares al hígado estimula la 7-alfa-hidroxilasa, la enzima limitante en la síntesis de ácidos biliares a partir del colesterol. Esto lleva a una mayor conversión de colesterol en ácidos biliares en el hígado, lo que puede reducir los niveles de colesterol hepático y, potencialmente, plasmático. Otras bacterias menos estudiadas pero potencialmente importantes son: Clostridium, Eubacterium, Bacteroides, y Eggerthella. Estas también pueden contribuir a la biotransformación de los ácidos biliares.

21. En resumen, la escasez de estas bacterias puede resultar en una menor desconjugación de ácidos biliares, una mayor reabsorción de estos en el íleon, una menor excreción fecal y, por lo tanto, una menor estimulación de la síntesis de novo de ácidos biliares a partir del colesterol en el hígado. En este escenario el colesterol tenderá a acumularse por no usarse debidamente en la síntesis de ácidos biliares.

22. Por otro lado, algunos estudios sugieren que la microbiota intestinal puede influir en la expresión de genes implicados en la síntesis, captación y transporte de colesterol, tanto en el hígado como en el intestino, a través de metabolitos bacterianos como los ácidos grasos de cadena corta (AGCC). Además de todo esto, algunas bacterias intestinales tienen la capacidad de degradar el colesterol y transformarlo en otras moléculas. Este proceso es beneficioso para la salud, ya que ayuda a reducir la cantidad de colesterol que se absorbe en el intestino. [11]