4. Estrés crónico
El estrés eleva los niveles de cortisol, una hormona cuya liberación prolongada puede afectar el ciclo capilar, llevando a un mayor número de folículos a la fase telógena (reposo) y provocando una caída difusa del cabello (efluvio telógeno).
5. Deficiencias nutricionales
Los folículos necesitan nutrientes como hierro, zinc, biotina (vitamina B7) y proteínas para producir cabello sano. Su deficiencia puede afectar la síntesis de queratina (proteína del cabello) y debilitar el cabello, haciéndolo más propenso a la rotura y caída. Y por otra parte tenemos el silicio, que si bien no es una de las causas más conocidas de la caída del cabello, su deficiencia puede contribuir a un cabello más débil y propenso a la rotura, lo que a la larga puede dar la impresión de una caída excesiva.