Biodisponibilidad: Su tasa de absorción, aunque no tan alta como la del citrato o el glicinato de magnesio, es mejor que la del óxido de magnesio; por lo tanto, es aceptable. Se estima que su biodisponibilidad está entre el 30% y el 40%.

Dosis diaria recomendada: La cantidad de magnesio elemental en el fosfato de magnesio varía según la forma específica del compuesto. La forma más común es el fosfato tribásico de magnesio, que contiene aproximadamente 29% de magnesio elemental, que es una buena tasa. Por lo tanto, en 1000 mg de fosfato tribásico de magnesio habría alrededor de 290 mg de magnesio elemental.

Si tomamos 1000 mg de fosfato de magnesio, y en tal cantidad hay unos 290 mg de magnesio limpio, todavía tenemos que sacar el 40% de esta cantidad, para saber qué cantidad de magnesio realmente nuestro cuerpo puede utilizar. Esto da un total de 116 mg de magnesio utilizable. Por lo tanto, si tomamos 3000 mg de fosfato de magnesio en un día, nuestro cuerpo podrá aprovechar aproximadamente 348 mg, lo que está cerca de la dosis diaria de magnesio recomendada, y en muchos casos hasta alcanzaría cubrir el requerimiento diario.

¿Son 3000 mg de fosfato de magnesio seguros para el consumo diario? Recuerda que esta forma también tiene fósforo (P), que también tiene un efecto sobre el cuerpo. Como se ha dicho, la forma más común de fosfato de magnesio es el fosfato tribásico de magnesio, y este tiene un peso molecular de 262.86 g/mol. El peso atómico del fósforo es 30.97 g/mol, y hay dos átomos de fósforo en la molécula. Por lo tanto, el porcentaje de fósforo en el fosfato tribásico de magnesio es 23.6%.

Así pues, con un 23.6% de fósforo, en 3000 mg de fosfato tribásico de magnesio hay 708 mg de fósforo. Ahora bien, la ingesta diaria de fósforo recomendada para adultos es de 700 mg; por lo tanto, consumir 708 mg de fósforo al día provenientes del fosfato de magnesio, lo cual está ligeramente por encima de la ingesta diaria recomendada, probablemente sea seguro para la mayoría de los adultos sanos. Pero hay que tomar en cuenta que muchos de los alimentos que comemos a diario también contienen fósforo; y esto, evidentemente, suma.