1. Filtrarás el macerado en un lugar donde no dé luz del sol ni luz artificial directamente; por lo tanto, debe ser un proceso realizado de mañana.

  2. Consigue otra botella más, oscura, o en última instancia, una botella de vidrio transparente, que cubrirás con un trapo o paño para evitar que la luz dé sobre el macerado.

  3. Si has de usar una botella, ya sea oscura o no, ponle un embudo en el pico.

  4. Pon dos coladores de tela fina (como los de café) sobre el embudo, uno sobre otro, y empieza a verter en ellos el macerado con el material sólido poco a poco. Haz que se llene el colador con el material, para que vaya bajando poco a poco. Cuando estén casi vacíos, vuelve a verter más de la mezcla. Si viertes muy poca mezcla, no bajará tan rápidamente porque no habrá mucha presión.

  5. Tendrás que ir retirando parte del material sólido (cúrcuma y pimienta en polvo) de los coladores durante el proceso; si no, los coladores se pueden obstruir. Haz esto con una cuchara limpia, previamente lavada con cloro o alcohol. Sin embargo, antes de retirar el material, es fundamental que exprimas el polvo del material vegetal hasta dejarlo lo más seco posible. Si no lo haces, perderás gran parte del concentrado y sus propiedades.

  6. Si tu macerado es de 2 semanas o menos, el material sólido ya exprimido lo podrás usar para otra maceración; si es de 4 semanas o más, deséchalo.