Sin embargo, al calentar el jengibre, parte de los gingeroles se convierten en shogaoles, que tienen una acción antiinflamatoria más potente y duradera, siendo más eficaces en infecciones sistémicas. Por consiguiente, el té es mejor para tratar inflamaciones sistémicas-crónicas, como problemas gastrointestinales o respiratorios, y es más tolerable para quienes no gustan del sabor intenso del jengibre crudo, aunque tiene una acción más lenta en comparación con el jengibre crudo.
Limitaciones: Al ser bastante picante, muchos lo descartan como una opción plausible. Es menos eficaz que la cúrcuma y que el neem en inflamaciones crónicas; se necesitan cantidades relativamente altas para resultados prolongados.
¿Por qué le doy el tercer lugar? Porque es más eficaz para inflamaciones agudas que crónicas, porque su potencial antiinflamatorio general es menor que el de las otras dos plantas antes mencionadas, y porque requiere de cantidades relativamente altas para dejar notar su efecto.