4. Extracto de té verde (Camellia sinensis): El té verde es rico en catequinas, antioxidantes que han sido asociados con diversos beneficios para la salud, incluyendo la salud hepática. Estudios sugieren que el extracto de té verde puede mejorar la función hepática y reducir la grasa en el hígado al disminuir la inflamación, el estrés oxidativo y la resistencia a la insulina. También se ha observado que puede ayudar a regular el metabolismo de los lípidos y proteger al hígado del daño. Sin embargo, es importante tener precaución con el consumo de extracto de té verde en dosis elevadas, ya que puede ser hepatotóxico en algunos casos. [6] [7]

5. Ácidos grasos omega-3: Presentes en pescados grasos como el salmón, el atún y la sardina, son esenciales para la salud en general y han demostrado tener efectos beneficiosos en el hígado graso. Los omega-3 pueden reducir la acumulación de grasa en el hígado al mejorar el metabolismo de las grasas, disminuir la inflamación y aumentar la sensibilidad a la insulina. También pueden ayudar a reducir los niveles de triglicéridos en sangre y mejorar la función hepática. Estudios han mostrado que el consumo regular de omega-3, ya sea a través de la dieta o de suplementos de aceite de pescado, puede mejorar la salud hepática en personas con hígado graso. [8] [9]

6. Berberina: Un alcaloide natural presente en varias plantas, utilizado en la medicina tradicional china para tratar diversas afecciones. Investigaciones preliminares indican que la berberina puede ser beneficiosa para el hígado graso. Se ha observado que puede ayudar a reducir el colesterol, mejorar la función hepática y controlar los niveles de azúcar en sangre, factores importantes en el desarrollo y progresión del hígado graso. La berberina actúa a través de múltiples mecanismos, incluyendo la mejora de la sensibilidad a la insulina, la reducción de la inflamación y la regulación del metabolismo de las grasas. [10] [11]

7. Vitamina E: Un antioxidante que protege las células del daño causado por los radicales libres. En relación al hígado graso, la vitamina E ha mostrado potencial en la reducción de la inflamación hepática y la acumulación de grasa en el hígado. Se cree que su efecto antioxidante ayuda a proteger las células hepáticas del daño y a mejorar la función hepática. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uso de vitamina E en dosis elevadas puede tener efectos secundarios, por lo que su uso debe ser supervisado por un profesional de la salud. [12] [13]

8. Colina: Un nutriente esencial que desempeña un papel crucial en el metabolismo de las grasas, la función celular y la transmisión nerviosa. En el contexto del hígado graso, la colina es importante para el transporte de grasas desde el hígado hacia otras partes del cuerpo. Una ingesta adecuada de colina puede ayudar a prevenir la acumulación de grasa en el hígado al asegurar que las grasas se procesen y transporten de manera eficiente. La deficiencia de colina puede contribuir al desarrollo de hígado graso. Se encuentra en alimentos como huevos, carnes, pescado y legumbres. [14] [15]