• Mejora la función digestiva: La respiración profunda, al activar el sistema nervioso parasimpático, estimula la digestión y la absorción de nutrientes [6]. Además, el movimiento del diafragma durante la respiración profunda masajea los órganos abdominales, lo que puede mejorar la motilidad intestinal y prevenir problemas digestivos [7].  

  • Aumenta la concentración: Al calmar la mente y reducir las distracciones, la respiración profunda mejora la concentración y la claridad mental . Esto es especialmente útil en situaciones que requieren atención y enfoque, como el estudio o el trabajo [8].  


  • Su efecto en el sistema nervioso central

    La respiración profunda tiene un impacto directo en el sistema nervioso central, modulando la actividad del sistema nervioso autónomo, que controla las funciones involuntarias del cuerpo, como la frecuencia cardíaca, la respiración y la digestión [18]. Como se mencionó anteriormente, la respiración profunda activa el sistema nervioso parasimpático, responsable de la relajación y la calma, contrarrestando los efectos del sistema nervioso simpático, que se activa en situaciones de estrés [19].  

    Este efecto en el sistema nervioso central es la base de los beneficios de la respiración profunda para la ansiedad. Al reducir la actividad del sistema simpático, la respiración profunda disminuye la liberación de hormonas del estrés, como el cortisol, y promueve la sensación de calma y bienestar [20].