Sus efectos en los diversos sistemas biológicos
Los efectos del azul de metileno se extienden a varios sistemas biológicos del cuerpo. En el sistema nervioso, mejora la función cognitiva, la memoria y la atención, y ofrece neuroprotección contra enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson [7, 9, 22]. Puede influir en los neurotransmisores como la serotonina y la dopamina [3, 8]. En el sistema cardiovascular, aumenta la presión arterial en el síndrome vasopléjico y mejora la oxigenación celular [10, 12]. En el sistema inmunológico, posee propiedades antimicrobianas y puede modular la inflamación [5, 7, 10, 24]. En el sistema hematológico, es fundamental para el tratamiento de la methemoglobinemia [1, 12]. En el sistema digestivo, se utiliza como tinte diagnóstico en endoscopia [5].
En lo que respecta a la microbiota intestinal, estudios en ratones sugieren que bajas concentraciones de azul de metileno (15 mg/kg/día) no causan cambios significativos en su composición [15]. Sin embargo, altas concentraciones (50 mg/kg/día) llevaron a cambios notables, principalmente un aumento en los niveles de Proteobacteria [15]. Un estudio en roedores con lesión cerebral traumática indicó que el azul de metileno atenuó los cambios significativos en la microbiota intestinal. El azul de metileno tiene actividad contra varios microorganismos [5, 10, 24]. Es importante tener en cuenta que las bacterias intestinales pueden reducir el azul de metileno a su forma incolora, lo que podría afectar su uso diagnóstico en el tracto gastrointestinal inferior [5].
Dosis, formas de consumo y frecuencia de administración
Las dosis recomendadas de azul de metileno varían considerablemente según el uso terapéutico. Para la methemoglobinemia, la dosis típica es de 1-2 mg/kg administrados por vía intravenosa durante 5-30 minutos, y puede repetirse una vez si es necesario [1, 12]. En neonatos, se utiliza una dosis más baja de 0.3-1 mg/kg [12]. Para la encefalopatía inducida por ifosfamida, se recomienda una dosis de 50 mg cada 4 horas [12, 23] o cada 4-8 horas hasta que los síntomas se resuelvan [12, 23].