¿Cómo reducir la inflamación para mejorar la depresión?
La inflamación crónica, y por ende la depresión y su impacto en la salud mental pueden mitigarse mediante intervenciones en el estilo de vida y mediante el uso de plantas medicinales o compuestos naturales. Como ejemplos de plantas o moléculas antiinflamatorias puedo citar la cúrcuma o la curcumina, el nim, el jengibre, el romero, el té verde y el gel de sábila. Sin embargo, esto debe acompañarse de una adecuada dieta, que incluya antioxidantes, fibra dietética, grasas saludable, suficiente proteína, cantidades moderadas de carbohidratos, y que excluya todo alimento ultraprocesado o proinflamatorio, y en algunos casos las semillas, los granos y los cereales, que en muchas personas suelen suscitar inflamación y por ende empeorar un cuadro depresivo.
Además, la causa subyacente de la inflamación crónica debe tratarse a la vez que se busca el alivio de la inflamación en sí. Pero este tratamiento variará en función de la causa o de las causas. Por ejemplo, si infección por hongos, debe abordarse con la adecuada alimentación y con antifúngicos y antioxidantes; y si hay intoxicación por metales tóxicos, debe acudirse a los quelantes -preferiblemente naturales- y a los antioxidantes, y evitar la exposición continua o prolongada a estos elementos tóxicos. Si hay estrés emocional prolongado, también debe abordarse con terapias de manejo del estrés emocional. Y así por el estilo. Dependiendo de las causas, se propone un tratamiento determinado.
Conclusión