Uno de los elementos determinantes en la síntesis de glutatión es el azufre, presente en aminoácidos como la cisteína, fundamental para la formación de la molécula [2]. Por ello, consumir alimentos y suplementos ricos en este mineral contribuye directamente a asegurar un aporte estable de cisteína y, en consecuencia, a sostener la síntesis de GSH en el hígado y otros tejidos [6,10]. Entre los alimentos que destacan por su contenido de azufre figuran el brócoli, la col rizada, el repollo, las cebollas y el ajo [31].


Además del aporte de azufre, es relevante considerar la acción de plantas y hierbas con potencial para reforzar la producción y la regeneración de glutatión. El cardo mariano (Silybum marianum), por ejemplo, se ha utilizado tradicionalmente para proteger la función hepática; su principio activo, la silimarina, incidiría positivamente en la disponibilidad de enzimas relacionadas con el metabolismo del glutatión [32]. Asimismo, la cúrcuma (Curcuma longa), gracias a la curcumina, ejerce un efecto antiinflamatorio y antioxidante que puede complementar la acción del glutatión y favorecer su regeneración en los tejidos [33].


Entre los suplementos más populares se encuentra la N-acetilcisteína (NAC), reconocida por su alta biodisponibilidad para proveer cisteína estable al organismo. Estudios señalan que su ingesta puede incrementar de manera significativa los niveles de glutatión intracelular [19,34]. Asimismo, el ácido alfa-lipoico (ALA) es otro nutriente clave que no solo ayuda a reciclar antioxidantes como las vitaminas C y E, sino que también podría contribuir a la regeneración de GSH [35].


Para quienes buscan soluciones naturistas adicionales, se han estudiado también compuestos como la S-adenosilmetionina (SAMe), involucrada en la donación de grupos metilo que, a su vez, inciden en la síntesis de cisteína [36]. El MSM (metilsulfonilmetano), un compuesto orgánico de azufre, se ha asociado a posibles mejoras en procesos inflamatorios, y aunque la evidencia directa sobre su impacto en los niveles de glutatión es limitada, su aporte de azufre podría tener un efecto sinérgico [37]. Por otro lado, extractos de té verde y antocianinas presentes en bayas y frutas pueden cooperar con el sistema antioxidante endógeno, reduciendo el uso excesivo de glutatión y ayudando a conservar sus reservas [38].


Resulta claro que estas plantas y suplementos trabajan mejor cuando se integran en un estilo de vida saludable y en una alimentación equilibrada, particularmente rica en vegetales crucíferos y fuentes proteicas de calidad [5]. Sin embargo, es importante resaltar que, para optimizar resultados y evitar reacciones adversas, conviene acudir a un profesional de la salud antes de comenzar a tomar suplementos de forma sistemática, sobre todo en casos de condiciones hepáticas o renales que puedan requerir un abordaje personalizado.