La razón por la que la autofagia se activa durante el ejercicio físico intenso, es por una respuesta a las demandas metabólicas que presenta el cuerpo [10]. Durante la actividad física, los músculos utilizan energía y pueden sufrir estrés, lo que desencadena varios mecanismos de adaptación, incluyendo la autofagia [11]. Este proceso contribuye al reciclaje de componentes celulares y al aumento de la eficiencia energética; porque al reciclar componentes celulares, las células obtienen sustratos para generar más energía cuando es necesario [12]. Además, puede contribuir a la adaptación muscular y promover cambios beneficiosos en las células musculares para mejorar su resistencia y rendimiento [13].

En cuanto al momento en que se activa la autofagia inducida por el ejercicio físico: Este proceso puede comenzar durante el ejercicio mismo y continuar activándose después de concluirlo [14]. El tiempo exacto depende del tipo e intensidad del ejercicio realizado; sin embargo, generalmente se observa un aumento más significativo en la actividad autófaga posteriormente al ejercicio, cuando el cuerpo está en fase de recuperación [15].

 

b) Cetosis

La cetosis es un estado metabólico en que el cuerpo, al tener una baja disponibilidad de carbohidratos, comienza a utilizar las grasas como fuente principal de energía [16]. En este proceso, los ácidos grasos almacenados en el cuerpo se convierten en cuerpos cetónicos, que son utilizados por diversos órganos y tejidos (incluido el cerebro) como alternativa a la glucosa [17]. Este estado metabólico también es llamado “metabolismo lipolítico” [18].

Ciertamente mucho se habla de la dieta cetogénica para activar este proceso, lo que evidentemente contrasta con una pobre información sobre la cetosis inducida por el ejercicio físico intenso. Verás: Generalmente para inducir cetosis se entra en una dieta baja en carbohidratos (cetogénica), usualmente con menos de 50 gramos diarios; este estado cetósico inducido por la dieta es específicamente llamado “cetosis nutricional” [19]. Pero muchos de los practicantes y promotores de la dieta cetogénica desconocen este dato: La cetosis inducida por el ejercicio físico de alta intensidad es mayor o más marcada que la que se induce por la dieta [20]. Por supuesto, la cetosis nutricional, aunque menos marcada, puede ser más estable o prolongada que la inducida por el ejercicio físico intenso, en casos de personas que entrenan duramente pero no llevan dieta cetogénica [21]. Si se hacen las dos en paralelo, se logrará un efecto cetogénico mayor.