1. Prepara las hojas: Si tienes hojas secas enteras, puedes triturarlas ligeramente con tus manos para aumentar la superficie de contacto con el agua y facilitar la liberación de sus compuestos. Si ya vienen trituradas, simplemente mide la cantidad indicada.

  2. Calienta el agua: Lleva el agua a ebullición en una olla o hervidor.

  3. Infusiona: Retira el agua hirviendo del fuego. Coloca las hojas secas de eucalipto en la taza o en el infusor. Vierte el agua caliente sobre las hojas.

  4. Tapa y reposa: Cubre la taza inmediatamente para evitar la pérdida de los aceites esenciales volátiles. Deja reposar la infusión durante 5 a 10 minutos. Al igual que con las hojas frescas, no excedas los 15 minutos.

  5. Cuela y sirve: Retira la tapa y el infusor o cuela la infusión para separar las hojas.

  6. Endulza (opcional): Si lo prefieres, añade miel o limón para mejorar el sabor y complementar sus beneficios.