Fase 1: Limpieza intestinal

  1. Ayunos intermitentes y ayunos periódicos a fin de activar mecanismos de limpieza y regeneración, como la autofagia y el Complejo Motor Migratorio. La duración de los ayunos va variando de día en día, donde los hay de 18, de 20, de 22, de 24 y hasta de 36 horas. Aunque relamente recomendamos el ayuno como un hábito que se debe mantener en el tiempo, no obstante, no todos están en la capacidad física de hacer ayunos, especialmente aquellos que sufren de hipoglucemia o tienen bajos niveles de cortisol.

  2. Uso de cascarilla de Psyllium, un tipo de fibra especial formadora de gel, para promover la limpieza intestinal. Generalmente esta se considera segura, pero hay situaciones en las que no conviene usarlo. Si no conoces el Psyllium y las consideraciones que hay que tener a la hora de consumirlo, revisa nuestros artículos sobre este suplemento.

  3. Uso de jugos verdes y de algunas frutas a fin de reforzar la limpieza intestinal. Entre los elementos que recomendamos para los jugos verdes destacan los siguientes: Apio (celery), perejil, cilantro, manzana verde, piña y limón.

  4. Enemas de plantas y de café, a no ser que haya contraindicaciones, como fisuras anales, sangrado rectal o hemorroides inflamadas. Estos enemas se hacen esporádicamente, y se aprovecha todo su potencial cuando se combinan con terapias de ayunos.