La dieta que se sigue en esta fase es prácticamente la misma que en la fase anterior, pero poniendo atención adicional en evitar alimentos con levadura y con azúcares refinados. Esto a fin de no sobrealimentar a los hongos y a bacterias indeseables.
Toma de plantas y sustancias antimicrobianas, como aceite esencial de orégano, aceite esencial de artemisia annua, aceite de nim prensado en frío, aceite de coco virgen, ajo y jengibre frescos, entre otros.
Toma de jugos diuréticos que faciliten la eliminación de toxinas causadas por la muerte masiva de microorganismos indeseables.
Opcional: En muchos casos será necesario un suplemento de enzimas digestivas.
Razón: Se abordan infecciones y sobrecrecimientos de microorganismos a nivel sistémico, donde la salud oral juega un papel crucial. La mayoría de las enfermedades son microbianas, lo cual no debiera parecernos extraño, si tomamos en cuenta que en nuestro cuerpo hay más bacterias que células humanas. Por lo cual en esta fase se busca abordar toda infección crónica bacteriana, fúngica y parasitaria, y todo sobrecrecimiento de bacterias o de hongos, tales como SIBO y SIFO.