1. El grounding a lo largo de la historia

El grounding, también llamado earthing en la literatura científica, no es un concepto nuevo. Como ya mencionamos, el ser humano ha tenido la intuición de que el contacto con la tierra le proporcionaba beneficios físicos y emocionales desde tiempos remotos [4]. En la antigua Grecia, por ejemplo, se creía que caminar descalzo por espacios naturales purificaba el espíritu y el cuerpo, permitiendo la liberación de energías negativas. De igual forma, en culturas orientales como la india, la práctica de la meditación sobre el piso y en contacto con el suelo formaba parte de tradiciones milenarias para canalizar la energía vital.

A medida que la modernidad avanzó, estas costumbres se fueron perdiendo en la vida urbana. El uso intensivo de calzado aislante (como el caucho y otros materiales sintéticos), la construcción de edificios de concreto y la escasez de zonas verdes en las grandes ciudades redujeron considerablemente las oportunidades de un contacto piel con piel con la tierra [5]. No obstante, en la segunda mitad del siglo XX, investigaciones pioneras en el área de la biofísica y la medicina alternativa comenzaron a retomar el interés en esta práctica, obteniendo resultados que abrieron la puerta a nuevos estudios sobre los posibles efectos fisiológicos y terapéuticos de reconectarnos con la superficie terrestre.


2. El concepto de grounding o earthing