Presta atención a las señales de tu cuerpo y descansa cuando lo necesites.
En cuanto a los ayunos más largos, déjalos para cuando estés descansando en casa. Es importante estar en paz y relajación durante esta práctica.
Si lo que buscas de los ayunos es la limpieza intestinal, hazlos solo con agua, de la noche al siguiente día, esto es, omitiendo cualquier comida tempranera, y comiendo tu primera comida del día, por ejemplo, a la 1 p. m. Porque el Complejo Motor Migratorio es más intenso de mañana y de tarde, y pierde intensidad de noche.
Si lo que buscas es adelgazar o promover la cetosis, entonces puedes comer tu última comida al mediodía, omitiendo la cena, y comer tu primera comida del día siguiente temprano. Porque cada vez que dormimos se activa en cierto grado la cetosis debido a que pasamos varias horas sin comer; de modo que si nos acostamos con el estómago vacío y la glicemia y la insulina normalizadas, se promoverá un estado de cetosis más intenso.
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Ten en cuenta que los ayunos intermitentes o periódicos tienen contraindicaciones, como la fatiga adrenal, la enfermedad de Addison, los bajos niveles de cortisol, la hipoglucemia basal, y en muchos casos, la hiperinsulinemia.