• Rama o corteza: Se suele añadir en infusiones, tés o caldos. Al hervir la rama, se liberan sus aceites esenciales y compuestos fenólicos [2].

  • Polvo: Es la forma más habitual en la cocina, utilizada en postres, bebidas, sopas y guisos. Esta es la forma más recomendada por Protocolos CANA, ya que al usarla en polvo se puede medir (en peso) con precisión la cantidad que queremos usar, mientras que usando la corteza las cantidades de sus principios activos en un té o en una decocción puede variar significativamente de una preparación a otra.

  • Aceite esencial: Obtenido por destilación, su uso es más delicado y requiere dilución en un aceite portador para aplicaciones tópicas o aromaterapia [3].

  • Extractos estandarizados: Suele presentarse en cápsulas o comprimidos, con contenido ajustado de cinamaldehído y otros compuestos activos [4]. Esta forma también es recomendaba por Protocolos CANA, ya que al estar estandarizado el suplemento, se sabe con mayor exactitud cuánto se está consumiendo.


DOSIS Y FRECUENCIA