USO ANCESTRAL

La canela ha estado presente en diversos sistemas médicos tradicionales, como la medicina ayurvédica y la medicina tradicional china, durante varios siglos [2]. En estos contextos, se empleaba para aliviar condiciones asociadas al frío interno, mejorar la circulación y potenciar la resistencia del organismo frente a agentes externos. Además, en la medicina grecorromana, se la valoraba como un remedio para las dolencias del sistema respiratorio, ya que descubrieron que estimulaba la expectoración y aliviaba el malestar [3]. Paralelamente, culturas del Medio Oriente la utilizaban como conservante natural de alimentos, gracias a sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes [5].

Esta famosa especia ha ocupado un lugar central en las rutas de comercio desde tiempos remotos, siendo una de las especias más valoradas por los mercaderes fenicios, árabes y posteriormente europeos [2]. Se cree que los comerciantes árabes mantenían en secreto las verdaderas fuentes de la canela para justificar su elevado precio, hilando relatos sobre aves gigantes que guardaban la preciada corteza en nidos inaccesibles [3]. Estas leyendas, aunadas a la gran demanda en los puertos mediterráneos, convirtieron a la canela en un símbolo de prestigio y riqueza durante buena parte de la Antigüedad y la Edad Media. En muchas ocasiones, los emperadores y gobernantes la recibían como tributo, y su posesión se relacionaba con el poder y el estatus social [4].

En la cultura egipcia, la canela formaba parte de diversos rituales espirituales y funerarios. Las propiedades aromáticas de la canela eran aprovechadas para embalsamar y preservar los cuerpos de la realeza, así como para fabricar perfumes y pomadas destinadas al uso cortesano [3]. Por otra parte, el historiador griego Heródoto ya reseñaba el uso de la canela con fines medicinales, señalándola como un ingrediente clave en preparados para el alivio de dolencias respiratorias y para mejorar la circulación de la sangre [5]. Más tarde, en la Roma clásica, era habitual quemar canela en ceremonias religiosas y banquetes para perfumar el ambiente y aprovechar sus cualidades antisépticas [2][6].

Por otro lado, la medicina ayurvédica de la India, con al menos 3.000 años de tradición, adoptó la canela como un recurso importante para equilibrar los doshas (las energías vitales, especialmente vata y kapha), al considerarla una especia con energía “caliente” que facilita la digestión y la circulación sanguínea [2][9]. En la medicina tradicional china, se incluía en la farmacopea para tratar afecciones respiratorias como resfriados y tos, actuando a menudo en sinergia con otras plantas de la misma familia, como el jengibre [10]. Así, el uso de la canela trascendía la simple sazón culinaria, convirtiéndose en un pilar de diversos enfoques curativos orientales.