Una de las grandes diferencias entre la canela verdadera y la canela casia reside en su contenido de cumarina [4]. La casia posee un nivel significativamente más alto de esta sustancia, lo que eleva el riesgo de hepatotoxicidad si se consume en dosis o periodos prolongados [8]. Por otro lado, la canela de Ceilán presenta concentraciones muy bajas de cumarina, lo que la convierte en la opción más segura para el consumo diario y terapéutico prolongado.
Además de este factor, existen diferencias organolépticas: la canela verdadera tiene un sabor más dulce y un aroma más delicado, mientras que la casia se caracteriza por su pungencia y matices picantes [1]. A nivel morfológico, la canela de Ceilán exhibe una corteza más fina y varias capas enroscadas, en contraste con la canela casia, cuya corteza es más gruesa y se enrolla en una sola pieza [3]. Desde el punto de vista fitoterapéutico, ambos tipos contienen compuestos benéficos como el cinamaldehído y el eugenol, pero la presencia excesiva de cumarina en la casia limita su uso medicinal de manera más estricta [4].
¿LA CANELA ELEVA LA PRESIÓN ARTERIAL?
La creencia de que la canela podría elevar la presión arterial ha circulado en distintos ámbitos de la medicina natural, sin embargo, la evidencia científica disponible no respalda la afirmación de que su consumo produzca un incremento sostenido o peligroso de la tensión arterial. De hecho, varios estudios sugieren que la canela, lejos de elevar la presión, podría tener un efecto neutro o incluso ligeramente hipotensor, especialmente en poblaciones con resistencia a la insulina o síndrome metabólico [2][3][8].
Efectos en la presión arterial de Canela de Ceilán