6. Aspectos psicológicos y mentales del ayuno

6.1. Manejo del estrés y la ansiedad

El ayuno, además de sus efectos fisiológicos, ejerce un impacto significativo en la esfera mental. En particular, se ha observado que el ayuno intermitente puede mejorar la resiliencia al estrés y disminuir la ansiedad, posiblemente al regular neurotransmisores y factores neurotróficos en el cerebro [36].
Al disminuir los picos de insulina y glucosa en sangre, también se estabiliza el estado de ánimo y se reduce la irritabilidad asociada a desequilibrios energéticos. La ketoadaptación, es decir, la habilidad del cuerpo para utilizar cuerpos cetónicos, puede ser en parte responsable de la sensación de mayor claridad mental descrita por algunos practicantes de ayuno [8].

6.2. Disciplina y sentido de control personal

Adoptar una práctica de ayuno requiere disciplina y autocontrol. Para muchas personas, estos periodos de abstinencia alimentaria representan un ejercicio de fuerza de voluntad y autorregulación que, a la larga, puede reflejarse positivamente en otras áreas de la vida. Esta mejora en la percepción de control personal puede traducirse en mayor confianza en uno mismo y mejor manejo de las metas y desafíos cotidianos [37].

6.3. Consideraciones en la salud mental