• Siempre utiliza gasas o algodones estériles y asegúrate de que cualquier infusión esté completamente fría antes de aplicarla.

  • No uses una infusión casera si tienes una infección ocular, ya que podrías empeorarla.

  • Si los síntomas no mejoran, busca atención médica para obtener un diagnóstico y tratamiento más precisos.

Al integrar estas prácticas, nutrientes y ayudas naturales en tu rutina diaria, no solo estarás aliviando los síntomas molestos de la fatiga ocular. Estarás tomando medidas activas y fundamentadas para proteger la delicada maquinaria de tus ojos y, por extensión, para calmar las sobrecargadas vías de tu sistema nervioso, promoviendo un estado de mayor equilibrio y bienestar general.


Conclusión