2. El desequilibrio del sistema nervioso autónomo
El Sistema Nervioso Autónomo regula todas las funciones corporales involuntarias, como la frecuencia cardíaca, la digestión y la presión arterial. Se divide en dos ramas principales:
Sistema nervioso simpático: La respuesta de “lucha o huida”. Nos prepara para la acción, aumentando la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el estado de alerta.
Sistema nervioso parasimpático: La respuesta de “descanso y digestión”. Nos ayuda a relajarnos y conservar energía.
La visión está intrínsecamente ligada al SNA. Por ejemplo, el sistema parasimpático controla la contracción de la pupila y la acomodación del cristalino para el enfoque cercano. El esfuerzo visual prolongado, especialmente en pantallas, genera un estado de hipervigilancia y alerta sostenida. El cerebro interpreta esta actividad intensa y constante como una señal de que debe mantenerse en un estado de alerta.
Esta situación conduce a un desequilibrio del SNA: una hiperactividad del sistema simpático y una hipoactividad del parasimpático [3]. El cuerpo entra en un modo de "lucha o huida" de bajo grado pero crónico. La fatiga ocular actúa como un estresor fisiológico constante que mantiene al sistema simpático “encendido”.