[2] Sheppard, A. L., & Wolffsohn, J. S. (2018). Digital eye strain: prevalence, measurement and amelioration. BMJ Open Ophthalmology, 3(1), e000146. Este estudio profundiza en la prevalencia de la fatiga ocular digital y menciona la implicación de la sensibilidad corneal y, por ende, del sistema trigeminal.
[3] Loh, K., & Redd, S. (2008). Understanding and preventing computer vision syndrome. Malaysian Family Physician : the Official Journal of the Academy of Family Physicians of Malaysia, 3(3), 128–130. El artículo discute los mecanismos fisiopatológicos, incluyendo el sobreesfuerzo del músculo ciliar y sus implicaciones sistémicas.
[4] Gowrisankaran, S., & Sheedy, J. E. (2015). Computer vision syndrome: A review. Work, 52(2), 303-314. Esta revisión exhaustiva aborda la multifactorialidad del síndrome, incluyendo los factores cognitivos y el estrés psicológico como un componente que puede exacerbar los síntomas.
[5] Rosenfield, M. (2016). Computer vision syndrome (aka digital eye strain). Optometry in Practice, 17(1), 1-10. Este artículo de revisión destaca la regla 20-20-20 como una intervención principal y explica su base fisiológica.
[6] Portello, J. K., Rosenfield, M., & Chu, C. A. (2013). Blink rate, incomplete blinks and computer vision syndrome. Optometry and Vision Science, 90(5), 482-487. Este estudio cuantifica la reducción del parpadeo durante el uso de ordenadores.
[7] Yan, Z., Hu, L., Chen, H., & Lu, F. (2008). Computer Vision Syndrome: A widely spreading but poorly understood epidemic. Journal of Ophthalmology, 2008, 490823. Revisa los factores ergonómicos, incluida la posición del monitor, como clave para la prevención.