Por Dionan Marval
Introducción
El hígado de res, un órgano comestible que ha formado parte de las dietas tradicionales durante siglos, está experimentando un resurgimiento en popularidad. Este alimento, rico en nutrientes, ha capturado nuevamente el interés de quienes buscan optimizar su ingesta nutricional y explorar los beneficios potenciales para la salud asociados con las dietas ancestrales.
A diferencia de las preferencias dietéticas modernas que a menudo favorecen los cortes musculares, el hígado de res destaca por su perfil nutricional excepcionalmente denso, ofreciendo una amplia gama de vitaminas, minerales y otros compuestos esenciales.1 Este alimento esempeña un papel fundamental en la fisiología animal, participando en procesos metabólicos cruciales, la transformación y eliminación de sustancias, y el almacenamiento de nutrientes vitales. Esta función inherente convierte al hígado en un alimento excepcionalmente rico en nutrientes esenciales para el organismo humano.2
Si bien el consumo de hígado de res puede ofrecer diversos beneficios para la salud, como el apoyo a los niveles de energía y la función inmunológica, es importante comprender las consideraciones y posibles riesgos asociados con su alta concentración de ciertos nutrientes. Este artículo busca ofrecer una perspectiva equilibrada para que el lector pueda tomar decisiones informadas sobre la inclusión del hígado de res en su alimentación.