Mantenimiento genómico (reparación del ADN).
Longevidad (sirtuinas).
Inmunidad y neuroprotección.
Defensa antioxidante y regulación epigenética.
La amplitud de funciones del NAD lo sitúa en el corazón de la investigación biomédica actual, con la mirada puesta en la prevención y tratamiento de enfermedades asociadas al envejecimiento.