2.3 Descubrimiento de nuevas funciones del NAD en el siglo XX

Durante varias décadas, el NAD fue considerado únicamente un mediador energético. Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX, se descubrieron funciones adicionales que cambiaron por completo la visión sobre esta molécula.

  1. Reparación del ADN y enzimas PARPs (años 1960-1970): Se descubrió que el NAD no solo participaba en el metabolismo, sino que también servía como sustrato para enzimas reparadoras del ADN, las poli(ADP-ribosa) polimerasas (PARPs). Estas enzimas utilizan NAD⁺ para añadir cadenas de ADP-ribosa a proteínas involucradas en la reparación del material genético [5].

  2. Regulación del envejecimiento y sirtuinas (años 1990-2000): En la década de 1990, investigadores como Leonard Guarente y Shin-ichiro Imai identificaron a las sirtuinas, una familia de proteínas que dependen del NAD⁺ para su actividad. Estas proteínas regulan procesos de longevidad, inflamación y resistencia al estrés. El hallazgo posicionó al NAD como una molécula clave en la biología del envejecimiento [6].

  3. Descubrimiento del CD38 y el consumo de NAD (años 2000): En paralelo, se identificó que la enzima CD38, implicada en la inmunidad y la señalización del calcio, es también una de las principales consumidoras de NAD⁺. Esto ayudó a explicar por qué los niveles de NAD disminuyen con la edad [7].