1. Genética: Variantes en genes de enzimas biosintéticas (p. ej., NAMPT, NAPRT) pueden aumentar las necesidades [18].

  2. Enfermedades crónicas: La diabetes tipo 2, obesidad, insuficiencia cardíaca y enfermedades neurodegenerativas consumen más NAD [7][30].

  3. Fármacos: Algunos medicamentos interfieren con la síntesis o degradación del NAD (ejemplo: quimioterápicos, antibióticos como la isoniacida) [16].

  4. Estilo de vida: El alcoholismo, el tabaquismo y dietas muy bajas en proteínas reducen la disponibilidad de triptófano [12].

  5. Estrés oxidativo: Estados inflamatorios y exposición a contaminantes ambientales aumentan el consumo de NAD por parte de PARPs y CD38 [5][7].