Mujeres embarazadas y lactantes: Necesitan un aumento significativo debido al mayor gasto metabólico y a la transferencia de nutrientes al feto y lactante. El déficit puede asociarse con alteraciones en el desarrollo fetal [14].
Ancianos: Aunque las ingestas recomendadas no cambian oficialmente, se ha demostrado que con la edad disminuye la expresión de enzimas como NAMPT, crucial en la ruta de rescate del NAD. Esto hace que, en la práctica, requieran más aporte de precursores para mantener niveles adecuados [8][32].
5.4 Consecuencias de la deficiencia de niacina y NAD
El déficit severo de niacina conduce a la pelagra, una enfermedad caracterizada por las “tres D”: dermatitis, diarrea y demencia (y una cuarta, la muerte, en casos extremos). Aunque hoy es rara en países industrializados, puede presentarse en: